Objetivo viajar sola en Barcelona
La primera vez que me presento como autora, la primera vez que doy la cara por mi proyecto. La primera vez que hablo en público sobre mis pasiones.
Siempre puede haber una primera vez, no importa cuántos años han pasado desde que estás en la Tierra, siempre hay una nueva oportunidad para hacer algo nuevo.
La semana pasada hice uno de los viajes más lindos de la vida: aterricé en Barcelona con el fin de asistir a un evento: “Objetivo viajar sola”.
En mi búsqueda por conectar con otras personas que viven viajando o que los viajes forman parte de su vida, me he encontrado con la posibilidad de dar una charla en este evento que ya he mencionado.
Nunca había hecho algo así, atreverme a hablar en público por algo que había creado yo y que representaba mis pasiones. Viajar y trabajar por el mundo fue una decisión que surgió gracias a elegir la vida que quería llevar, la libertad y la búsqueda de bienestar.
Y todo había culminado en mi libro que finalmente fue autopublicado el año pasado. Pero en esa curiosidad constante y aun en la fase de descubrir que tenía el mundo preparado para mí, decidí salir de mi zona de confort y participar de la propuesta.
Encontrarme con mujeres inspiradoras que hacen lo mismo que yo
El evento en Barcelona me juntó con mujeres que se encontraron a sí mismas en sus viajes, mujeres que crearon sus propios caminos, sus propias reglas…
La primera vez que visité el perfil de @viajarsolatedaalas, me sorprendió encontrar una persona que se dedicaba a crear contenido sobre viajar sola, ya que en ese momento no había tenido contacto con ese tema en redes sociales. El algoritmo a veces cree que sabe lo que buscamos, pero yo tengo mis propias convicciones.
Pues no dudé y me contacté con Tatiana. La conversación que hemos iniciado finalmente culminó en la invitación al evento y ser partícipe como ponente.
Tatiana de la Paz es periodista, divulgadora y creadora de contenido. A través de talleres y charlas, ha llevado su mensaje a otras mujeres para inspirarlas y tomar acción.
Durante la entrevista me sentí abrazada, su calidez me ayudó a sentirme cómoda mientras me sentaba frente a un grupo de mujeres que, admito, quería que me escucharan.
Este simple acto fue lanzarme a lo desconocido, tomar lugar en el mundo, dejar de esconderme y finalmente dar la cara por mi proyecto, por mis sueños, por lo que quería.
Pero lo más gratificante del día fue encontrarme con una comunidad de mujeres que hacen de los viajes su estilo de vida, que han redefinido las reglas de una sociedad autoritaria, para finalmente escribir sus vidas bajo sus propios términos.
Una de ellas, Belén, organiza viajes a África, especialmente a Camerún, donde ella ha recuperado la pasión por el baile y es precisamente eso lo que busca dar a otras mujeres.
María y su libro “Gracias por sonreír, señorita”, donde nos abre las puertas a su mundo emocional, con el fin de conectar con nosotras mismas y sentir.
Mientras que Sania nos enseñó que la edad es solo un número y que es posible explorar el mundo sin importar en qué etapa de la vida te encuentres, los sueños no se postergan.
Y la coach de los ponentes, Laura, que ha desarrollado su propio método para reinventarse, después de un viaje sola.
Enfrentar los miedos
Este encuentro me ayudó a enfrentarme a uno de mis miedos más grandes: el de mostrarme, mostrar lo que hago, mostrar quién soy y mis vulnerabilidades.
Pero confieso que, no fue tan dramático, porque ¡me divertí como nunca!
Asistir y dar el sí fue animarme a más. Porque este afán mío de hablar sobre los viajes, sobre el trabajo remoto, sobre escribir y cumplir mis sueños, estaba escondido dentro de mí y, pues, nadie más lo sabía. Hasta la publicación del libro solo lo sabía yo y mi novio.
La razón era simple, tenía miedo de contarlo, quizás hasta vergüenza, seguía sintiendo que no era importante, relevante… Pero dando pequeños pasos he llegado hasta el punto de que ya no se siente tan incómodo.
Y ese día, cuando finalmente me senté delante de un grupo de personas y les hablé de mí, de mis ideas y mi soledad, simplemente me di cuenta de que no era tan malo, que no tenía que ser perfecto y que lo más valioso era compartir la experiencia, escuchar y ser escuchada. Inspirarnos y crear conversaciones.
Definitivamente, ese viernes me marco el camino, pude entender que podemos hacer lo que amamos, disfrutar el momento, divertirnos y conectar con otros que hacen lo mismo, pero que, por supuesto, ven el mundo de diferentes maneras.
Y esa es la verdadera riqueza: abrirnos a nuevos puntos de vista, abrazar el cambio, pero también el presente.
Te felicito por ello ✨además por lo que comentas en tu bonito escrito ha sido una, experiencia muy grata 🎉